martes, 15 de abril de 2008

Cuentito...

Había un hombre sentado en la esquina de una calle, con una gorra a sus pies y un pedazo de madera que, escrito con tiza blanca, decía:

“Por favor, ayúdame, soy ciego”

Un creativo de publicidad que iba de camino al trabajo se detuvo frente a él, leyó el letrero y se quedó pensativo. El ejecutivo observó que sólo había unas cuantas monedas en la gorra. Sin pedirle permiso, cogió el cartel, le dio la vuelta, tomó una tiza y escribió otra frase en la parte de detrás. A continuación volvió a poner el pedazo de madera sobre los pies del ciego, y se marchó sin decir una palabra.

Por la tarde, el creativo volvió a pasar frente al ciego que pedía limosna. Su gorra estaba llena de billetes y monedas. El ciego reconoció sus pasos y le preguntó si había sido él quien había cogido su cartel y había garabateado en él.

- “¿Qué es lo que usted ha escrito o pintado en mi tabla?”, le preguntó con curiosidad el invidente.

El publicista le contestó:

- “Nada que no sea tan cierto como tu anuncio, aunque está expresado con otras palabras”.

El publicista sonrió y continuó su camino.

El ciego nunca lo supo, pero su nuevo cartel rezaba:

“Hoy es primavera, y no puedo verla”

oooOOOooo

Las palabras tienen un gran poder, con ellas se puede dar mucha alegría y causar mucho daño...

De ahí la gran importancia de elegir las palabras adecuadas... en todos los aspectos de nuestra vida...

1 comentario:

Nacho M. dijo...

Micas

¡Sos un gol de media cancha!


(así queda registrado)




Beso grande!